Estrenada el 17 de diciembre de 1972 por la Unión Artística Musical de Ontinyent, e interpretada de nuevo a petición popular dado el éxito obtenido en su estreno, el 14 de enero 1973, Els morocristians d’Ontinyent fue la primera obra de corte sinfónico inspirada en lo que las fiestas de Moros y Cristianos representan en sí, es decir, la conquista árabe de una villa y su posterior reconquista por los ejércitos cristianos.
En este poema el autor tomó como argumento literario la reconquista de la villa de Ontinyent por los tres ejércitos cristianos que la tuvieron sitiada:
“En la obra se aprecian dos partes bien diferenciadas: en la primera se observan distintos aspectos de la ocupación árabe de Ontinyent, introduciendo el tema principal tras un breve prólogo del oboe, el corno inglés, siendo contestado éste por un diálogo entre el oboe y el fagot. Representa las dudas del jeque árabe ante la inminente presión cristiana. El tema inicial dado por el corno reincide a lo largo de la obra. Paulatinamente se crea un clima de tensión expresado por un crescendo que es roto, dentro ya de unos festejos populares, por dos danzas: la primera de ellas es la danza de las espadas que se desarrolla dentro de un aire vivo, alegre, festivo, para desembocar, con el tema inicial de fondo, en la danza de las esclavas.
El tema ahora desarrollado es una paráfrasis del inicial, concluyendo en toques o llamadas de alerta de las trompas del ejército cristiano acampado alrededor de la villa, observándose en estos compases la preocupación árabe por la próxima lucha.
Estas llamadas de las trompas dan paso a la segunda parte del poema, que se inicia con las consignas de los tres ejércitos que según la historia reconquistaron Ontinyent. Análogos toques del metal en tímbrica y altura diferentes se alternan en sus llamadas de avance hacia la villa desembocando en una fuerte lucha, cuya dureza insinúa el ritmo seco de los bajos, interrumpida momentáneamente, como si de un alto el fuego se tratara, por el canto de nuevo del corno inglés recordando la melodía inicial y principal del poema, para volver de nuevo a la lucha con una repetición de lo expuesto anteriormente. Progresivamente se llega a un pianísimo que enlaza con los tres himnos de la villa fragmentados que asociados a un volteo de campanas celebra la reconquista cristiana de la fortaleza, concluyendo el poema con unos fragmentos característicos de los anteriores himnos.”